El origen de la civilización humana es un tema fascinante que ha sido explorado desde diferentes disciplinas como la psicología, la antropología y el psiconálisis. Entre las teorías más influyentes que abordan las bases de la organización social y las relaciones humanas, destacan el complejo de Edipo de Sigmund Freud, las estructuras del parentesco de Claude Lévi-Strauss y el efecto Westermarck de Alexander Westermarck. Estas ideas nos ayudan a entender cómo los vínculos familiares, las normas sociales y los mecanismos evolutivos moldearon nuestras primeras comunidades.
El Complejo de Edipo: La Familia como Núcleo Psicológico
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, propuso que el núcleo de las relaciones humanas radica en el llamado complejo de Edipo. Según Freud, en las primeras etapas de desarrollo, los niños sienten una atracción inconsciente hacia el progenitor del sexo opuesto y experimentan rivalidad con el progenitor del mismo sexo, como reducto psicológico de la supuesta endogamia de nuestros antepasados.
Freud sugirió que este conflicto interno no solo moldea la psique individual, sino que también tiene implicaciones sociales. El tabú del incesto, una de las primeras normas universales, podría haberse originado como una manera de resolver este conflicto, regulando las relaciones familiares y estableciendo límites que permitieron a los grupos primitivos organizarse en sociedades más complejas.
La Exogamia: Los vínculos más allá de la familia
Mientras Freud se centraba en los conflictos intrafamiliares, el antropólogo Claude Lévi-Strauss amplió la perspectiva hacia las estructuras sociales. En su teoría sobre la exogamia, Lévi-Strauss propuso que las primeras sociedades humanas prohibieron las uniones sexuales y matrimonios dentro del mismo grupo familiar (o endogamia) para favorecer las relaciones con otros grupos.
La exogamia, según Lévi-Strauss, fue un mecanismo crucial para crear alianzas entre comunidades, lo que fortaleció la cohesión social y permitió el intercambio de recursos y conocimientos. Este sistema de normas sobre el matrimonio y las relaciones sexuales sería el fundamento de la estructura social que hoy conocemos.
El Efecto Westermarck: Un Mecanismo Evolutivo Contra el Incesto
Alexander Westermarck, un antropólogo finlandés, propuso una teoría opuesta a las de Freud y Lévi-Strauss desde una perspectiva biológica, opacada por el prestigio científico de los dos últimos. Según el efecto Westermarck, las personas que crecen juntas en un entorno íntimo durante sus primeros años de vida desarrollan una aversión natural a las relaciones sexuales entre sí.
Este fenómeno, observado en diversas culturas y especies, habría evolucionado como una estrategia para evitar los problemas genéticos asociados con la endogamia. Aunque esta aversión no es una norma social impuesta, como el tabú del incesto, sí habría influido en la formación de esas normas al coincidir con beneficios adaptativos para las primeras comunidades humanas. Al respecto puede leerse el artículo El Efecto Westermarck y el Complejo de Edipo: una perspectiva evolucionista, del director de C3, Carlos Naranjo.
A continuación una breve explicación al respecto en video, para continuar con la discusión entre cultura y biología en la construcción de la idea de civilización humana y sus implicaciones para el comportamiento humano.